Cuando se habla de desarrollo sostenible, generalmente se hace foco en el consumo energético y las emisiones contaminantes a gran escala industrial. Sin embargo, cada habitante de este planeta tiene responsabilidad en actuar para preservar la vida y los recursos en la Tierra para las nuevas generaciones.
El consumo desenfrenado es una de las conductas que explican un uso de materias primas y de energía que se encuentra fuera de control. Además, los desechos que se producen como consecuencia del reemplazo continuo de productos están contaminando los suelos y los reservorios de agua dulce a un ritmo que hace de su conservación una misión imposible. Eso incluye a los productos Apple.
La basura electrónica: un problema cada vez más serio
En particular, al analizar la composición de los residuos domiciliarios, los componentes electrónicos usados se ubican al tope de la lista en cuanto a su impacto ambiental. Los metales pesados, presentes tanto en los circuitos integrados como en las baterías de móviles como los iPhone, se infiltran en el terreno de los rellenos sanitarios y alcanzan las napas de agua, contaminando irreversiblemente miles de metros cúbicos de este recurso natural.
Por este motivo, es importante evitar el consumo irresponsable de dispositivos y gadgets. Conservar un producto hasta el final de su vida útil o comprar electrónicos usados como un iPhone de segunda mano no solo representa un ahorro de dinero, sino que también permite reducir nuestros efectos negativos en el entorno, así como disfrutar de productos Apple por más tiempo.
Reutilizar y reciclar para salvar el planeta
Es necesario un cambio de mentalidad. En un mundo en el que los recursos son cada vez más escasos y la destrucción del planeta pone en dudas nuestro estilo de vida, limitar su uso y contaminación debe ser una prioridad.
Reciclar y reutilizar aquello que habitualmente se descarta puede marcar una diferencia fundamental en este sentido.